jueves, 20 de diciembre de 2012

Crónicas del principio del mundo

A unas pocas horas de que se acabe el mundo no me dieron ganas de nada más, sino de hacer mi última entrada en este blog. A la mierda el final de la Voz Colombia, quien quiere en un momento así emborracharse hasta la muerte, quien quiere irse para Los Ángeles a tener en unas orgía con mil quinientas personas, quien quiere decirle a todos sus seres queridos que los ama. Nadie. Cualquiera que tuviera un blog simplemente escribiría su última entrada para en la otra vida no arrepentirse por haber abandonado esto, que es como un hijo.

Desde que me desperté había pensado qué escribir. Podría haber confesado todos mis pecados y hacer un intento desesperado de rogar redención divina para ganarme un lote en el cielo, pero Dios en este momento no tiene tiempo de leer el estúpido blog de un fulano bueno para nada (mucho menos de escuchar sus pensamientos... Morbosos en su mayoría), andará muy ocupado ultimando detalles con el comandante de su ejercito de ángeles para acabar con todos nosotros. Además, creo que podría disfrutar un poco el infierno si es como me lo imagino, con el diablo haciéndonos pecar todo el día, haciendo de pronto realidad todos esos pensamientos morbosos que escandalizan al Todopoderoso. Entonces perdón no pediré. Luego pensé que tal vez podría hacer un resumen de lo que ha sido mi vida, de los momentos buenos, de los malos, de las personas que amo y de lo feliz que he vivido; pero todo eso no alcanza para hacer una entrada, eso lo haría en un par de twitts.

Pensaba y pensaba qué escribir, lo hice mientras organizábamos los villancicos que íbamos a poner en la novena hoy en la noche, seleccionando los que creíamos que los casi 150 niños que vienen a la finca de mi familia a celebrar la novena iban a cantar con más ganas... con más felicidad. Cada año, durante los últimos 10, los seleccionamos a orden de mi papá y escogemos siempre los mismos para que esos niños le canten al niño dios a todo pulmón; impulsados por mi progenitor, los dulces de cada noche y un aguinaldo el 24 de Diciembre, después de la última novena.

Los primeros niños llegaron casi en la noche, como siempre, aprovechando los últimos momentos de luz. Seguidos de ellos llegaron otros cuantos después de caminar hasta hora y media desde sus casas. Empezaron a jugar entre ellos con un balón con poco aire, esperando mientras se completaba la gran familia que formamos durante las noches para empezar nuestro rito a lo colombiano. Mi padre los miraba jugar, casi tan entusiasmado como ellos. Uno de los niños que no estaba jugando con el balón corrió hacia mi papá y lo abrazó por las piernas, fue un abrazo sincero como el que uno le da al propio padre, a la madre, a la mujer que ama... Se sonrieron entre sí y mi papá entro a la casa, con su boca desde una oreja hasta la otra y me contó la historia como si se hubiera ganado un premio enorme. "Tan lindo" -dijo- y se fue de nuevo a seguir viendo a los niños.

Celebramos la novena como siempre y empezamos a cantar los villancicos. Una vez más mi señor padre se adueñó del micrófono y como sí fuera una batuta empezó a dirigir su orquesta de terribles voces infantiles. "El que no cante no tiene dulce" es la apertura a aquel coro de gritos. Así fue entonces, se cantaron los villancicos y todo fue felicidad, hasta que una niña se desmayó. Corrió mi familia a atenderla y cuando retomó la conciencia dijo no haber comido nada en horas. Le preparamos entonces una comida con sopa, arroz, macarrones, pollo, huevo y gaseosa, que se empezó a comer como sí fuera la última comida, como si mañana se acabara el mundo. Cuando sació su hambre más urgente, busco entre todos a su hermanita y le compartió la mitad del plato. La otra niña comió con ganas también, rasparon el plato, se tomaron toda la gaseosa, me miraron y agradecieron con los ojos enormes y brillantes. Fueron felices.

Dos horas después decidí escribir sobre eso. Sobre dos historias que me conmovieron hoy, que hacen ver que siempre hay alguien a quien hacer feliz de diferentes maneras, alguien a quien cambiarles su mundo, darles un nuevo comienzo con unos villancicos, unos aguinaldos o un plato de comida. Para todos esos niños mañana no se puede acabar el mundo, simplemente porque tal vez estas celebraciones que hacemos son un comienzo para ellos tener una nueva vida, una nueva esperanza y un nuevo regalo que recibirán después de este 21 de Diciembre.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Un cuento de Bogotá

UN CUENTO DE BOGOTÁ


Llega un joven a la estación de Transmilenio
-Me da dos pasajes por favor?- le dice a la cajera, después de haber echo una fila de 5 minutos bajo una lluvia bogotana.
-No le puedo vender más de uno- responde la cajera.
El joven asombrado por tal estupidez acepta con rabia el único pasaje que le podían vender. Se va pensando "POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUEEEEEEE". Media hora después sale de una cita médica a la que había llegado y llega de nuevo a otra estación
-Deme por favor un pasaje de $1700 y uno de $1400 para no tener que hacer fila a las 10 de la noche otra vez- le dice el joven a otra cajera
-No le puedo vender más de uno- responde la otra cajera
-Por qué?- pregunta el joven, mientras corrían ideas de venganza por su cabeza, como orinar la estación...
-Son las órdenes- responde la mujer
El joven de nuevo con ira e indignación por la imbecilidad de la alcaldía en este asunto que es simple y que lo han complicado enormemente acepta su único pasaje, sabiendo que luego de su clase hasta las 10 p.m tenía que volver a comprar de nuevo otro único pasaje. Pensaba que tal vez eso quiere la alcaldía: que los usuarios se sientan únicos con un único pasaje por trayecto. Se cuestionaba también sobre la capacidad (mental, física y preparación) de la alcaldía para manejar esta gran ciudad, sin llegar a saber si el alcalde es o no apto para gobernarla. Sin querer tampoco llegar a una respuesta, se alejó de la caja hacia el Transmilenio.
-Estúpido Petro- pensó mientras miraba qué ruta tenía que abordar.

domingo, 4 de marzo de 2012

Cuentos Cortos

Oí pasar a una señora vendiendo El Tiempo. Me ilusioné con que podría comprar un poco para estar contigo.

Salí del baño y vi que te habías ido. ¡Qué cagada!

-Mami, ¿en la constitución dicen que pensar es delito?
-No hijo, pero en la biblia dice que es pecado.

Él le dijo que la amaba. Ella le pidió la contraseña de Facebook.

Me dijo que no quería bailar. Yo pensé en decirle que se metiera un dedo por el culo, pero le sonreí.

Me tomo un trago, cierro los ojos y con la música tocándome todo el cuerpo vuelves a estar junto a mi.

-Señora,  ¿a cómo la arepa?
-Para usted gratis, lindo- y me picó un ojo.

-Señora,  ¿a cómo el pan?
-Para usted gratis, lindo- y me picó un ojo.

-Joven,  ¿a cómo la leche?
-Para usted gratis, linda.
Quedé con un ojo morado.

El marranito convencido de querer ser lo mejor en su vocación, respondió que quería ser tocineta.

Vi un grupo llamado "Gente pinta". Me quise unir pero no aceptaron mi solicitud de amistad.

martes, 7 de febrero de 2012

OPEN ENGLISH: REDIME MIS PECADOS

Llego ante ti ¡Oh, OpenEnglish! (fluidez garantizada) arrepentido y rendido a tus pies. Vengo a  humillarme a mi mismo, a retractarme de todo lo que antes dije y a darte la razón. Tengo vergüenza por haber cuestionado tus métodos publicitarios, por haberme burlado de ti, por haberme burlado del peludo bobo y del calvo prepotente y por haberlos odiado… sí, a ellos tus personajes más representativos, ellos que representan tu lujosa imagen corporativa, ellos que exponen mejor que nadie tus métodos de enseñanza súper sofisticados, ellos que son pan de vida y cáliz de salvación de las cuentas financieras de tu compañía. Vengo a confesarme entonces, porque estoy arrepentido.
Yo confieso ante ti OpenEnglish todopoderoso, amo y señor de las franjas Prime Time en los canales de televisión internacionales, que he pecado. Confieso que la primera vez que vi un comercial tuyo dije “¿qué porquería es esto?” y las próximas cien veces que me bombardeaste con comerciales (mientras veía mis series favoritas en Warner, Fox, Discovery y los otros 97 canales del cable) mi ira por tus comerciales fue aumentando exponencialmente. Lo siento, de verdad. Pero no lo siento porque haya cambiado de opinión con respecto al humor que manejas en dichos comerciales (sigo pensando que es malísimo), ni porque haya dejado de odiar al peludo bobo o al calvo prepotente, sino porque de verdad tu estrategia publicitaria ha funcionado.
Para mí, la publicidad no es tanto una profesión, sino más bien una religión en la que creo fielmente: creo que sirve mucho, creo que me hace feliz y creo que me va a dar con qué comer el resto de mi vida. Es por eso que tú, OpenEnglish, te has convertido en una especie de semidiós  para mí. Tal vez no un semidiós de los que aparece resplandeciente, súper agradable a la vista y por el que uno a primera vista se siente salvado; sino una especie de semidiós castigador, de los que hieren los ojos y remuerden el alma… así te has presentado ante mi. Me has castigado durante meses, obligándome a ver en cada canal tu presencia cuasi-omnipresente en la T.V, remordiéndome la conciencia con tus malos chistes y haciéndome equivocar un par de veces pronunciando /Washington/. Pero señor, he aprendido de todo eso, tus constantes flagelos han funcionado y me han abierto los ojos a la verdad: tu publicidad ha funcionado a la perfección. He visto en Facebook muchísimos grupos que hacen alusión a ti; en la universidad, en la calle, en las familias TODOS saben quien eres tú. Estoy seguro que eres el top of mind de la gran mayoría de personas cuando de “cursitos on line” se trata.
A pesar de tu falta de conceptos publicitarios en los comerciales, de la producción tan terrible de los mismos y del humor (subjetivamente) tan malo que manejas, has logrado posicionarte en un nivel muy alto en tu mercado, lo cual es muchísimo más importante que cualquier otra cosa. La publicidad finalmente es para vender y cuando eso se logra, los conceptos, el estilo, la producción y el resto de vainas estéticas pasan a un segundo plano para nada relevante. Es por eso que vengo arrepentido a confesarte que te critiqué muchas veces y que intenté desprestigiar tu exitosísima (sin sarcasmo) estrategia publicitaria. Ahora, sin argumentos para hablar mal de ti vengo a decirte que ¡he pecado!

lunes, 14 de noviembre de 2011

"Brazo" de represión legal del estado





A propósito de lo que dijo nuestro ex vicepresidente en su video blog de Caracol en este enlace http://www.youtube.com/watch?v=ypSbM0NX-Sw

MIEDO A PERDER JUGANDO BIEN



Cuando me desperté esta mañana y vi en las portadas de El Tiempo y la revista Semana noticias relacionadas con las marchas estudiantiles en contra de la reforma de la ley de educación, no pude evitar sentir alegría. Leí los artículos de ambas publicaciones y tenían muchos puntos en común que avivaban más esa alegría: resaltaban la buena estrategia y conducta que han empleado los diferentes movimientos estudiantiles para protestar, felicitaban la creatividad que se ha rodeado dichas marchas y declaraban una victoria por parte de los estudiantes.
Todos sabemos y sentimos que los estudiantes están ganando este enfrentamiento pacífico contra el gobierno, ya que han sabido cómo hacer las cosas. Por medio de nuevas ideas muy creativas como protestas de besos, abrazos, flores a los policías, antorchas, comparsas, performances, disfraces, gritos que censuran cualquier tipo de violencia y demás se le ha logrado dar una inmensa fuerza comunicativa a las marchas y se han logrado quitar muchos estigmas negativos que se tenían en general sobre las movilizaciones estudiantiles. Los medios, la gente e inclusive muchos políticos se han volcado a favor de las protestas.
Sin embargo hay algo que me hace sentir temor a que después de todo lo que se ha hecho, los estudiantes que tanto han protestado se queden sin el pan y sin el vino. Es un sentimiento similar al que sentí viendo jugar a la Selección Colombia el viernes pasado ante Venezuela: estaban jugando muy bien, iban ganando, dominaban el partido, pero no lo liquidaban, se comían los goles y al final empataron. Eso les puede suceder a los estudiantes ahora.
He empezado a ver que han surgido nuevas ideas y exigencias en contra del gobierno y por fuera de la idea inicial de protestar en contra de la reforma, ahora quieren ir por más y ahí no estoy de acuerdo. Me parece que después de que se están viendo triunfadores a cinco minutos que finalice el encuentro, los estudiantes están empezando a querer hacer jugadas individuales y se están olvidando que son un equipo y que lo han sido durante gran parte del año 2011.
Así que ruego para que todos aquellos delegados de los movimientos estudiantiles, responsables de las decisiones que se tomen con respecto a todo esto, sigan el sendero que han tomado durante todo este tiempo y no se desvíen. Para terminar, cito la revista Semana: “Los estudiantes deben concretar lo que quieren de la reforma y no pensar en revolucionar el estado”.

domingo, 23 de octubre de 2011

Reflexiones personales sobre el ¿Sistema y el Neoliberalismo?


Había una vez dos sujetos llamados Sistema y Neoliberalismo, tan complejos en sus personalidades como para que yo, un estudiante todavía ignorante en temas económicos y políticos, me atreva a definirlos siquiera un poco. Lo que sí sé es que son seres crueles, despiadados y sin moral alguna; culpables de todas y cada una de las desgracias que azotan a nuestro mundo del siglo XXI… según mucha gente.

¡Malditos! He escuchado a muchas personas como dicen muchas cosas malas de esos dos entes carentes de sentimientos. “Es que el sistema…” o “…eso es política neoliberal” son tan sólo algunas de las frases más frecuentemente escuchadas con las que se refieren a esos bastardos sujetos que pongo aquí contra la pared. Efectivamente, los tengo contra la pared, los quiero aniquilar con una poderosa espada de Star Wars (desde pequeño tengo esa ilusión) y hacerlos pagar por todos los niños muriéndose de hambre en el mundo, por la gente sin empleo, por la inequidad social de países de tercer mundo (como el mío) y por no dejar nunca ganar a mi Deportivo Pereira del alma. Ahí están, listos, entonces recuerdo a toda la gente que me ha hablado de el señor Sistema y míster Neoliberalismo, los recuerdo diciendo “es que el sistema…” o “… eso es política neoliberal” y mientras empuño fuertemente la espada para enterrarla donde más les duela recuerdo a una ‘compañera’ diciendo esta semana que “el fútbol es la ¿individualización? del neoliberalismo”, me detengo. No puedo herir al fútbol, menos sabiendo de que ella dijo eso después del fantástico gol del ruso Pavlyuchenko contra el Rubin Kazan en un partido de Europa League. Según esa ‘compañera’ el fútbol hace parte de míster Neoliberalismo, es como un brazo o una pierna; y repito: YO NO PUEDO HERIR AL FÚTBOL ‘compañeros’.

Tiro la espada y con cabeza fría pienso lo que estaba a punto de hacer. Iba a dedicar mucho tiempo, letras y un espacio en mi blog a intentar darle duro al Sistema y al Neoliberalismo, pero ahora que lo pienso más calmado y basándome en lo que personas como esa ‘compañera’ me han dicho de los dos antagonistas de este escrito, llego a la conclusión que no sé qué son esos dos conceptos, doctrinas, entes, vainas, maricadas o lo que sean… y la mayoría de personas que habla en contra de ellos tampoco lo saben.

Hago memoria sobre las veces que he escuchado el MISMO discurso sobre las desgracias que nos han traído el Sistema y el Neoliberalismo y me doy cuenta que siempre parten de la misma premisa: todo está mal y lo que se haga también está mal. El gobierno está mal, la gente está mal, la tecnología está mal, la sociedad está mal, la cultura está mal, los cambios están mal, la economía está mal, el sistema financiero está mal, ahorrar debajo del colchón está mal, comer carne está mal, el Deportivo Pereira está mal, etc. ¡Absolutamente todo está mal!... por culpa de “ya saben quienes” (no es Voldemort). Entonces camino por las calles, veo noticias y reviso la tabla de posiciones de la Liga Postobón y digo “estamos mal”. Pero no es siempre culpa del Sistema y del Neoliberalismo, esa cháchara estoy mamado de escucharla. No es para nadie un secreto que hay políticas económicas y gubernamentales que efectivamente ESTÁN MAL, que aumentan la inequidad y que son injustas; sin embargo hay otro tipo de cosas que hacen que este país esté como está. Cosas como nuestra cultura perezosa, que quiere ganar grandes cosas haciendo el mínimo esfuerzo, el ser aventajados y querer pasarnos siempre por encima de los otros sin importar lo que les pase o la falta de identidad de la que antes hablaba son más perjudiciales para nosotros que el ‘señor’ y el ‘míster’. Todo eso hace que, entre otras cosas, se robe enormemente en las calles de Bogotá, en las universidades (háblese con mi hermana) y hasta en el congreso, las alcaldías, las EPSs…

Algunas de esas personas que tanto hablan del Sistema y del Neoliberalismo como responsables de las carencias de TODAS las personas en el mundo, piden que se repartan justamente los bienes, que los ricos den parte de lo que tienen a los más pobres para que así nadie pase necesidades. Es muy bonito. Suena hermoso, pero ¿quién estaría dispuesto a hacerlo? Sólo Jesús, tal vez:
-Hermano, -dice uno- si tuvieras un millón de dólares, ¿donarías quinientos mil a la revolución?
-¡Por supuesto! –responde el otro-.
-…y si tuvieras dos carros –pregunta el primero- ¿donarías uno a la revolución?
-¡Por supuesto! –vuelve a afirmar el segundo-.
-…y si tuvieras dos gallinas –sigue- ¿donarías una a la revolución?
- ¡Ah no! Eso sí no compadre –dice el segundo-.
- ¿Y por qué no? –pregunta asombrado el primero-.
- Porque dos gallinas es lo único que tengo mi hermano.
No quiero defender al señor Sistema ni a míster Neoliberalismo, porque si supiera qué realmente son, de pronto me convencería de que son culpables y ESTÁN MAL. Sólo quiero invitar a una reflexión a todas aquellas personas que tienen la cabeza rayada con esas dos palabras, que se ven incapaces de hablar bajo distintos términos, tal vez términos más exactos, y que piensan que cualquier desgracia (inclusive una diarrea) es culpa del sistema y del neoliberalismo (ya sin mayúsculas), cuando efectivamente no lo es. Quiero que piensen en otras posibilidades, en otras realidades que nos afectan grandemente y que tal vez son más culpables que otra cosa de lo que está mal… teniendo en cuenta que NO TODO ESTÁ MAL. Finalmente definan de una vez por todas, concretamente, ¿Qué es el sistema y qué es el neoliberalismo?

Postdata: Justo antes de publicar mi entrada, una amiga puso en Facebook este video que puede ayudarme un poco en la reflexión sobre otro tipo de situaciones que hacen de Colombia el país pobre, injusto e inequitativo que es. Link: http://www.youtube.com/watch?v=lzuLYV8PLhw&feature=player_embedded#!