lunes, 14 de noviembre de 2011
"Brazo" de represión legal del estado
A propósito de lo que dijo nuestro ex vicepresidente en su video blog de Caracol en este enlace http://www.youtube.com/watch?v=ypSbM0NX-Sw
MIEDO A PERDER JUGANDO BIEN
Cuando me desperté esta mañana y vi en las portadas de El Tiempo y la revista Semana noticias relacionadas con las marchas estudiantiles en contra de la reforma de la ley de educación, no pude evitar sentir alegría. Leí los artículos de ambas publicaciones y tenían muchos puntos en común que avivaban más esa alegría: resaltaban la buena estrategia y conducta que han empleado los diferentes movimientos estudiantiles para protestar, felicitaban la creatividad que se ha rodeado dichas marchas y declaraban una victoria por parte de los estudiantes.
Todos sabemos y sentimos que los estudiantes están ganando este enfrentamiento pacífico contra el gobierno, ya que han sabido cómo hacer las cosas. Por medio de nuevas ideas muy creativas como protestas de besos, abrazos, flores a los policías, antorchas, comparsas, performances, disfraces, gritos que censuran cualquier tipo de violencia y demás se le ha logrado dar una inmensa fuerza comunicativa a las marchas y se han logrado quitar muchos estigmas negativos que se tenían en general sobre las movilizaciones estudiantiles. Los medios, la gente e inclusive muchos políticos se han volcado a favor de las protestas.
Sin embargo hay algo que me hace sentir temor a que después de todo lo que se ha hecho, los estudiantes que tanto han protestado se queden sin el pan y sin el vino. Es un sentimiento similar al que sentí viendo jugar a la Selección Colombia el viernes pasado ante Venezuela: estaban jugando muy bien, iban ganando, dominaban el partido, pero no lo liquidaban, se comían los goles y al final empataron. Eso les puede suceder a los estudiantes ahora.
He empezado a ver que han surgido nuevas ideas y exigencias en contra del gobierno y por fuera de la idea inicial de protestar en contra de la reforma, ahora quieren ir por más y ahí no estoy de acuerdo. Me parece que después de que se están viendo triunfadores a cinco minutos que finalice el encuentro, los estudiantes están empezando a querer hacer jugadas individuales y se están olvidando que son un equipo y que lo han sido durante gran parte del año 2011.
Así que ruego para que todos aquellos delegados de los movimientos estudiantiles, responsables de las decisiones que se tomen con respecto a todo esto, sigan el sendero que han tomado durante todo este tiempo y no se desvíen. Para terminar, cito la revista Semana: “Los estudiantes deben concretar lo que quieren de la reforma y no pensar en revolucionar el estado”.
domingo, 23 de octubre de 2011
Reflexiones personales sobre el ¿Sistema y el Neoliberalismo?
Había una vez dos sujetos llamados Sistema y Neoliberalismo, tan complejos en sus personalidades como para que yo, un estudiante todavía ignorante en temas económicos y políticos, me atreva a definirlos siquiera un poco. Lo que sí sé es que son seres crueles, despiadados y sin moral alguna; culpables de todas y cada una de las desgracias que azotan a nuestro mundo del siglo XXI… según mucha gente.
¡Malditos! He escuchado a muchas personas como dicen muchas cosas malas de esos dos entes carentes de sentimientos. “Es que el sistema…” o “…eso es política neoliberal” son tan sólo algunas de las frases más frecuentemente escuchadas con las que se refieren a esos bastardos sujetos que pongo aquí contra la pared. Efectivamente, los tengo contra la pared, los quiero aniquilar con una poderosa espada de Star Wars (desde pequeño tengo esa ilusión) y hacerlos pagar por todos los niños muriéndose de hambre en el mundo, por la gente sin empleo, por la inequidad social de países de tercer mundo (como el mío) y por no dejar nunca ganar a mi Deportivo Pereira del alma. Ahí están, listos, entonces recuerdo a toda la gente que me ha hablado de el señor Sistema y míster Neoliberalismo, los recuerdo diciendo “es que el sistema…” o “… eso es política neoliberal” y mientras empuño fuertemente la espada para enterrarla donde más les duela recuerdo a una ‘compañera’ diciendo esta semana que “el fútbol es la ¿individualización? del neoliberalismo”, me detengo. No puedo herir al fútbol, menos sabiendo de que ella dijo eso después del fantástico gol del ruso Pavlyuchenko contra el Rubin Kazan en un partido de Europa League. Según esa ‘compañera’ el fútbol hace parte de míster Neoliberalismo, es como un brazo o una pierna; y repito: YO NO PUEDO HERIR AL FÚTBOL ‘compañeros’.
Tiro la espada y con cabeza fría pienso lo que estaba a punto de hacer. Iba a dedicar mucho tiempo, letras y un espacio en mi blog a intentar darle duro al Sistema y al Neoliberalismo, pero ahora que lo pienso más calmado y basándome en lo que personas como esa ‘compañera’ me han dicho de los dos antagonistas de este escrito, llego a la conclusión que no sé qué son esos dos conceptos, doctrinas, entes, vainas, maricadas o lo que sean… y la mayoría de personas que habla en contra de ellos tampoco lo saben.
Hago memoria sobre las veces que he escuchado el MISMO discurso sobre las desgracias que nos han traído el Sistema y el Neoliberalismo y me doy cuenta que siempre parten de la misma premisa: todo está mal y lo que se haga también está mal. El gobierno está mal, la gente está mal, la tecnología está mal, la sociedad está mal, la cultura está mal, los cambios están mal, la economía está mal, el sistema financiero está mal, ahorrar debajo del colchón está mal, comer carne está mal, el Deportivo Pereira está mal, etc. ¡Absolutamente todo está mal!... por culpa de “ya saben quienes” (no es Voldemort). Entonces camino por las calles, veo noticias y reviso la tabla de posiciones de la Liga Postobón y digo “estamos mal”. Pero no es siempre culpa del Sistema y del Neoliberalismo, esa cháchara estoy mamado de escucharla. No es para nadie un secreto que hay políticas económicas y gubernamentales que efectivamente ESTÁN MAL, que aumentan la inequidad y que son injustas; sin embargo hay otro tipo de cosas que hacen que este país esté como está. Cosas como nuestra cultura perezosa, que quiere ganar grandes cosas haciendo el mínimo esfuerzo, el ser aventajados y querer pasarnos siempre por encima de los otros sin importar lo que les pase o la falta de identidad de la que antes hablaba son más perjudiciales para nosotros que el ‘señor’ y el ‘míster’. Todo eso hace que, entre otras cosas, se robe enormemente en las calles de Bogotá, en las universidades (háblese con mi hermana) y hasta en el congreso, las alcaldías, las EPSs…
Algunas de esas personas que tanto hablan del Sistema y del Neoliberalismo como responsables de las carencias de TODAS las personas en el mundo, piden que se repartan justamente los bienes, que los ricos den parte de lo que tienen a los más pobres para que así nadie pase necesidades. Es muy bonito. Suena hermoso, pero ¿quién estaría dispuesto a hacerlo? Sólo Jesús, tal vez:
-Hermano, -dice uno- si tuvieras un millón de dólares, ¿donarías quinientos mil a la revolución?
-¡Por supuesto! –responde el otro-.
-…y si tuvieras dos carros –pregunta el primero- ¿donarías uno a la revolución?
-¡Por supuesto! –vuelve a afirmar el segundo-.
-…y si tuvieras dos gallinas –sigue- ¿donarías una a la revolución?
- ¡Ah no! Eso sí no compadre –dice el segundo-.
- ¿Y por qué no? –pregunta asombrado el primero-.
- Porque dos gallinas es lo único que tengo mi hermano.
-¡Por supuesto! –responde el otro-.
-…y si tuvieras dos carros –pregunta el primero- ¿donarías uno a la revolución?
-¡Por supuesto! –vuelve a afirmar el segundo-.
-…y si tuvieras dos gallinas –sigue- ¿donarías una a la revolución?
- ¡Ah no! Eso sí no compadre –dice el segundo-.
- ¿Y por qué no? –pregunta asombrado el primero-.
- Porque dos gallinas es lo único que tengo mi hermano.
No quiero defender al señor Sistema ni a míster Neoliberalismo, porque si supiera qué realmente son, de pronto me convencería de que son culpables y ESTÁN MAL. Sólo quiero invitar a una reflexión a todas aquellas personas que tienen la cabeza rayada con esas dos palabras, que se ven incapaces de hablar bajo distintos términos, tal vez términos más exactos, y que piensan que cualquier desgracia (inclusive una diarrea) es culpa del sistema y del neoliberalismo (ya sin mayúsculas), cuando efectivamente no lo es. Quiero que piensen en otras posibilidades, en otras realidades que nos afectan grandemente y que tal vez son más culpables que otra cosa de lo que está mal… teniendo en cuenta que NO TODO ESTÁ MAL. Finalmente definan de una vez por todas, concretamente, ¿Qué es el sistema y qué es el neoliberalismo?
Postdata: Justo antes de publicar mi entrada, una amiga puso en Facebook este video que puede ayudarme un poco en la reflexión sobre otro tipo de situaciones que hacen de Colombia el país pobre, injusto e inequitativo que es. Link: http://www.youtube.com/watch?v=lzuLYV8PLhw&feature=player_embedded#!
martes, 18 de octubre de 2011
Lo que le falta a Colombia
Pensando qué es lo que le falta a Colombia, después de leer un texto con el mismo título de William Ospina, lo primero que se me viene a la cabeza es esto: Identidad. Como él dice, somos fieles creyentes de la bella teoría de Libertad, Igualdad y Fraternidad surgida de la revolución francesa, pero nos hace falta reventar nuestra propia revolución para vivir a partir de estatutos nacientes de las carencias que tenemos y no a partir de otros ideales que en nuestro país son obsoletos o tal vez demasiado avanzados… no lo sé.
Esa falta de identidad sugiere que somos una mezcla de todo. Somos la pobre viejecita sin nadita que comer, sólo pan, huevos, leche, fríjoles, chuchullo, lechona, manzanas, peras, arroz, leche otra vez, bistec, filet mignon, jugo de piña, de mora, de curuba, de lulo, manzana Postobón, Colombiana, 7up, Pepsi y coca-cola. Pero estamos gobernados por el pastorcito mentiroso, que aunque ya diga que viene el lobo, nadie le cree. Ese lobo de la miseria, la pobreza y la mierda que comemos al que todavía le seguimos diciendo “Pero qué ojos tan grandes tienes” creyendo que es una inofensiva y enferma abuelita a la que con un sancocho (o un subsidio de cincuenta mil pesos mensuales) la vamos a curar. Somos también el cerdito que hace su casa de paja por pereza a poner un ladrillo y que cuando se nos cae de un estornudo salimos corriendo donde el hermano que sí puso bases sólidas para construir su casa a pedirle cacao. Somos también Rin Rin Renacuajo, Cenicienta, Ricitos de Oro, Peter Pan y Aquaman (por el fenómeno de la niña). Y así, se llega a lo mismo: somos una mezcla de todo y a la vez de nada.
Esa falta de identidad nos consume por todos lados. José Gabriel Ortiz se cree el súper presentador de programas de entrevistas, basándose en imitaciones baratas a los programas originales de ese tipo estadounidenses. Suso se cree Heriberto de la Calle. William Vinasco Che no ha salido del clóset, entonces no sabe si es político o es narrador de fútbol. Los domingos en También Caerás la única parte que da risa es cuando muestran las bromas gringas. Queremos un técnico de fútbol extranjero. Jorge Celedón ya no canta vallenato sino Pop. Y así, el único personaje original que tenemos sigue siendo Jorge Barón.
Esa falta de identidad es la misma de la que hablaba Jaime Garzón: En Colombia, los intelectuales se creen franceses; los ricos se creen ingleses; los de clase media se creen gringos y los pobres se creen mexicanos. La gente llora porque perdió Barcelona, Real Madrid o porque descendió River Plate y no alegan por el fútbol de medio pelo que tenemos. Todo eso nos impide reconocernos como somos, aceptar lo que tenemos y potenciarlo. Ese deseo de querer tener modelos exteriores se extiende a la hora de comprar o vender y nos impide tener fe en que lo que producimos nosotros mismos es bueno, que puede competir y ganar grandes mercados. El no creer en lo nuestro no nos permite concebirnos como colombianos mulatos, negros, indígenas, costeños, paisas, rolos, vallunos, llaneros, pastusos, etc.; sino que nos decimos ‘colombianos’ en un nivel de abstracción tan elevado, que no podemos manipular, palpar u oler. Y así, no sabemos aún qué es ser colombiano (¡Ay! Qué orgulloso me siento de ser un buen ¿colombiano?).
Esa falta de identidad es la que hace que Shakira viva en España, que García Márquez viva en Cuba, que Juanes viva en Estados Unidos y que la gente del común quiera ir a estudiar al exterior. De nuevo, no confiamos en lo nuestro, en nuestro capital humano y nuestra producción. O es que acaso ¿un señor vestido con traje Arturo Calle, zapatos Vélez y reloj Totto produce la misma sensación de elegancia que uno con traje Armani, zapatos Louis Voitton y reloj Cartier? Definitivamente no. Y así, seguimos mirando para fuera.
Esa falta de identidad nos tiene con hipermetropía: tenemos problemas de visión a distancias cortas. Porque vemos a los niños de África muriéndose de hambre y nos aterrorizamos. Decimos que Bolivia tiene unas carreteras inmundas. Alegamos que Venezuela tiene un gobierno malo. Criticamos cuando la selección de Inglaterra juega mal. Y así, no vemos nuestros niños chocoanos desnutridos crónicamente, simplemente nos sobamos las nalgas cuando el Transmilenio cae en un hueco de 30 centímetros en el carril “solo bus”, no vemos la cantidad enorme de dinero que nuestros gobernantes roban y aún no sacamos a Maturana de la selección.
Queda claro que lo que le falta a Colombia entonces es, entre otras cosas, Identidad.
¿Por qué un Blog?
Seré Publicista en unos años. Me fascinan enormemente las producciones visuales y audiovisuales, en especial las que generan cierto grado de interacción con el interpretante de ellas. Admiro mucho las piezas publicitarias con alta conceptualidad, aquellas que sin hablar dicen algo. Entonces yo mismo me pregunto ¿por qué un blog? No sé. No tengo idea.
Sin embargo, me parece chévere el poder poner en letras pensamientos sobre distintos temas sin un límite de 140 caracteres... soy alguien que habla mucha mierda. Quisiera escribir de muchas cosas que en un principio no pretenden generar polémica o relevancia, sólo un punto de vista más. Temas como música, algo de política, acontecimientos cotidianos y desahogo (con rabia) con el Transmilenio son algunas cosas que serán mi blanco. Finalmente, espero poder tener varios seguidores para abrir espacios de debates y convencer o que me convenzan. Como fiel creedor de que las estrategias funcionan para lograr objetivos me apoyaré en redes sociales como Facebook y Twitter, así que aquí van: www.facebook.com/dogpiolo y www.twitter.com/dogpiolo.
Bienvenidos a mi blog, si una (1) persona lee esto podría decir que logré mi cometido.
Sin embargo, me parece chévere el poder poner en letras pensamientos sobre distintos temas sin un límite de 140 caracteres... soy alguien que habla mucha mierda. Quisiera escribir de muchas cosas que en un principio no pretenden generar polémica o relevancia, sólo un punto de vista más. Temas como música, algo de política, acontecimientos cotidianos y desahogo (con rabia) con el Transmilenio son algunas cosas que serán mi blanco. Finalmente, espero poder tener varios seguidores para abrir espacios de debates y convencer o que me convenzan. Como fiel creedor de que las estrategias funcionan para lograr objetivos me apoyaré en redes sociales como Facebook y Twitter, así que aquí van: www.facebook.com/dogpiolo y www.twitter.com/dogpiolo.
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